Se estima que cada año se roban en España más de 37.000 vehículos. Lo que equivale a cerca de un centenar de coches y motos cada día. Y de todos ellos, tan solo 1 de cada 10 puede acabar siendo recuperado; por lo que la prevención es una estupenda manera de no acabar siendo víctima de uno de estos delitos.
En este sentido, y lógicamente, la mejor manera de evitar cualquier percance de este tipo es aparcar las motos en parkings o garajes. Pero la inmensa mayoría de ellas no disfrutan de este privilegio y terminan reposando en plena calle, donde tienen más papeletas ser sustraídas. Por eso, hoy en Máquina Motors te hablamos de los diferentes sistemas antirrobo que existen para proteger las motos y te contamos tanto sus ventajas como sus desventajas.
Tipos de sistemas de antirrobo para moto
Veamos cuáles son las opciones con las que cuentas para evitar la sustracción de tu moto:
Antirrobo con cadena
Es la solución más clásica y utilizada, especialmente en ciudad: son cadenas resistentes de metal que se cierran con candados (a ser posible, de alta seguridad). Están fabricadas para no corroerse y para resistir el paso del tiempo, aunque pueden venderse con fundas impermeables. Para instalar una de ellas, amarraremos una parte de la moto (como una rueda) a un elemento fijo del mobiliario urbano o uniremos el chasis del vehículo a una rueda.
Antirrobo articulado
Su concepto es idéntico a la cadena, con la diferencia de que su cable está cubierto por casquillos metálicos y por un tubo de plástico. Con ello, lo que se gana es mayor resistencia y solidez para evitar que alguien intente quebrar el sistema con una cizalla o sierra. Y, por supuesto, también se mejora su durabilidad, ya que sus elementos metálicos no están al aire libre y se desgastan menos por factores como la humedad o el frío.
Antirrobo de disco
Esta es una solución de seguridad cómoda y sencilla. Consiste en un mecanismo ligero y práctico que se coloca en el disco del freno de la moto, por lo que si está instalado, es imposible girar la rueda y circular. En sus modelos más sencillos suele tener un precio bastante accesible (se recomienda poner uno en cada rueda), aunque también pueden incluir alarmas luminosas y/o acústicas.
Antirrobo de horquilla
Este es un sistema portable que consiste en una barra metálica con forma de U alargada. En sus extremos cuenta con una unión que se extrae o recoge, en función de la necesidad de abrirlo o cerrarlo. De esta forma, puede colocarse en la rueda delantera, la cual une con la horquilla de la moto para bloquear el vehículo; y en algunos casos, también puede ponerse en la rueda trasera para unirla al basculante. Y otra opción (menos recomendable) puede ser enlazarla con un elemento exterior que sea fijo.
Antirrobo de manillar
En este caso, es un recurso más habitual de motos pequeñas como scooters. Pertenece a la familia de los antirrobos articulados, porque trabaja fijando el extremo izquierdo del manillar con un punto fijo de la moto, el cual normalmente estará en la parte baja (cerca de las piernas). Así, el resultado es la imposibilidad de enderezar el manillar y, por tanto, de conducir en línea recta. ¿El problema? Que no bloquea plenamente la moto ni la fija al lugar en el que se encuentra, por lo que es recomendable combinar este sistema con otro, como uno de cadena.
Antirrobo fijo o de anclaje al suelo (wilock)
Es el recurso de mayor seguridad, pero también es pesado y costoso. Se trata de un armazón de metal que se fija en el suelo, para que cada vez que aparquemos, coloquemos en su interior la rueda delantera del vehículo. Gracias a su acción, la misma se bloquea y es imposible extraer la moto si no contamos con la forma de abrirlo. Pero con la desventaja de que no es un sistema portátil, por lo que solo lo podremos utilizar si disponemos de nuestro propio espacio de garaje para aparcar la moto.
Hasta aquí nuestro repaso a los sistemas antirrobo que hay disponibles para moto. ¿Cuál te convence más?